La belleza no es patrimonio de gente acomodada, volver a casa y encontrar objetos bellos nos ayuda a relajarnos, a sentirnos bien.
Opino que no es necesario gastar una millonada, hay objetos preciosos a precios asequibles, cuando monto mi escaparate procuro buscar armonia en las formas y en los colores. Algo que capte la atención y obligue al viandante a detenerse a mirar.
La naturaleza es quizá la mejor inspiradora para los objetos, sus formas, sus colores y es como trasladarla al interior de nuestras casas.
Aunque la imaginación aporta un enriquecimiento a toda la gama natural.
Formas y colores que aportan alegría pese a los malos tiempo y quizá es precisamente estos los que más enseñan a apreciar los pequeños objetos que nos hace la vida grata y placentera,